Escrito por Gloria Jover Zapata
Hubo un día en mi vida que pude tocar a Dios...
Un instante, unos segundos, el tiempo se paró, dejé de respirar...
Sentí un estallido, una ola que crecía en mí y me desbordaba,
era... fuí el big-bang... me expandí, me disolví, crecí...
mis moléculas y mis átomos volaron alrededor...
en mi latido fuí árbol, flor, montaña, tierra, piedra, mar, cielo, nube...
... y volví, fuí el big-crunch, regresé a mí,
trayéndome conmigo la esencia de todo lo que fuí,
del árbol, la flor, la montaña, la tierra, la piedra, el mar, el cielo, la nube...
Y recuperé la respiración,
y mi corazón empezó a latir,
pero me sentía tan inmensa, podía tocar a Dios en todo...
todo era Dios... porque incluso yo me había convertido en Dios.
Todo estuvo en mí, y yo estuve en todo...
y me abracé a los árboles, y me abracé a mí.